Para mantener el estado de nuestra ropa como el del primer día, debemos seguir una serie de sencillos consejos para cuidarla y alargar su vida.
Cuidados básicos para tu ropa y tu lavadora
El primer paso y más importante es seguir al pie de la letra las instrucciones de cuidado recogidas en la etiqueta de nuestra prenda. Hay gran variedad de símbolos y puede parecer al principio todo un universo a descubrir, pero es más sencillo de lo que a simple vista parece.
Separa cuidadosamente los tipos de prendas
Ello siempre antes de empezar cada lavado y según las temperaturas indicadas en las etiquetas; también nos puede orientar el color de la ropa. Este gesto evitará que se mezclen los colores y que la ropa más delicada se exponga a temperaturas muy elevadas.
Por el contrario, menos temperatura de la necesaria también puede ser perjudicial. Por ejemplo, hay que tener muy en cuenta que las prendas de color que deben ser lavadas a 60 grados, pueden desteñir si se lavan a 40 grados o a mano.
Consejos antes de encender la lavadora
Utilizar la cantidad necesaria de detergente. No pasarse de más, ni de menos, ya que la prenda podría quedar manchada. En cuanto a la lejía, desgasta las fibras de las prendas, por lo que es aconsejable usar blanqueadores que respeten nuestra ropa.
Por otro lado, lavar las prendas del revés es un gran truco para proteger los colores y evitar el desgaste del tejido. Un gesto más que esencial si la ropa tiene adornos en la parte exterior, ya que si la prenda tiene accesorios estos pueden desprenderse, estropeando la prenda y perjudicando a la lavadora, teniendo que llamar al servicio técnico de tu lavadora.
Las prendas de punto que aceptan ser lavadas a máquina deben hacerlo por el ciclo corto y con centrifugado moderado en lavadoras Balay, Edesa, Whirlpool, Aeg, Liebherr, Fagor, Zanussi.
Todas las prendas delicadas, además, es recomendable que sean lavadas en una “bolsa de lavado”, o en su defecto, en una funda de almohada.
En cuanto a los lavados a mano, el detergente líquido debe estar bien suelto antes de introducir la ropa. No se debe dejar la ropa en remojo y nunca debe retorcerse.Lo ideal es escurrir los jerséis enrollándolos en una toalla absorbente.
Por último, recordar que en los primeros lavados algunas prendas pueden desteñir. Por ello, para evitar que el color pueda dañar al resto, se debe lavar la prenda sola y siempre con agua fría y sin dejar en remojo. Recordar que de necesitar lejía, debe hacerse sólo con agua fría y manteniendo la prenda sumergida una hora como máximo.
Secado de la ropa
Antes de llegar a la fase de secado de la ropa, es recomendable centrifugar bien. Después de ello, el aire libre es la mejor secadora, pero no así el sol como mucha gente tiende a pensar. Y es que se debe evitar exponer las prendas directamente o durante largos periodos de tiempo al sol ya que pueden perder su color.
En cuanto a las prendas delicadas y de punto, un buen truco es secarlas envueltas en una toalla en posición horizontal, conservando con ello su forma original. Es desaconsejable usar la calefacción para el secado.
El planchado de la ropa
Sin lugar a dudas, una buena plancha con las prestaciones necesarias nos ayudará a cuidar de la mejor manera nuestra ropa.
De la misma forma que en las fases anteriores, en el momento de planchar debemos fijarnos cuidadosamente en las indicaciones de la etiqueta. Se debe clasificar las prendas según el grado de temperatura que acepten, empezando siempre por la más baja, ya que poco a poco la plancha irá aumentando la temperatura sola y esto podría dañar las prendas más delicadas.
Para un planchado óptimo, es mejor que la ropa esté algo húmeda. Para ello es recomendable no dejar que se seque del todo o bien, pulverizarla con agua de planchado antes de empezar a planchar.
Guardar la ropa
Para terminar, a la hora de guardar la ropa en cajones y armarios, es aconsejable abrochar los botones, subir cremalleras, estirar mangas y vaciar los bolsillos para impedir que se arruguen o deformen.
Además, es recomendable tratar de mantener siempre limpios los estantes y cajones, así como utilizar fundas y bolsas herméticas para las cosas que no se utilicen a menudo, como los vestidos de fiesta o simplemente, guardar las prendas de una temporada y otra en envoltorios de plásticos para que las protejan del roce y el polvo.