Breve historia sobre la nevera

Reparacion de neveras Tenerife

¿En qué hogar no existe una nevera hoy en día? La omnipresencia de este electrodoméstico puede llevarnos a asumir que siempre estuvo entre nosotros, pero no siempre fue así.

Históricamente se aprovechaba el uso del hielo existente en los glaciares y neveros. En torno a estos lugares se creaba un dinamismo comercial destacable ya que los otros modos de conservar de forma prolongada los bienes marcescentes (principalmente comida) era el salado, el secado y el especiado, los cuales afectaban notablemente a las características organolépticas de los consumibles. Ya en China durante la dinastía Zhou (1000 A.C.) se explotaba el hielo.

La invención de la nevera, en su forma más arcaica, es relativamente reciente. Valga de ejemplo que en el siglo XVIII aún se utilizaba la nieve, hielo y escarcha presente en Tenerife, en la cumbre del Teide, vendiéndose la libra de nieve a unos 24 maravedíes.

El primer instrumento refrigerador semejante a una nevera moderna fue creado en 1876 y patentado un año más tarde por Carl Paul Gottfried von Linde, basándose en avances científicos realizados en 1805 por Carl Evans (compresión de éter) y prototipos poco funcionales como los de Jakob Perkins (1834) y el doctor John Goorie (1855), quien usaba su máquina para conservar medicamentos antipalúdicos.

Carl von Linde mejora hacia finales del siglo XIX su proceso de refrigeración, y poco después se instala la primera nevera de uso industrial en la factoría cervecera de Guiness, en Dublín (Irlanda). Las mejoras al sistema continúan durante las primeras décadas del siglo XX con aportaciones de diversos inventores. También es por esta época cuando surgen las primeras compañías especializadas en la producción y reparación de neveras. En 1918 se crea Electro-Automatic Refrigerating Company, que más tarde pasó a llamarse Kelvinator, empresa de enorme importancia en la industria que ya en 1923 tenía el 80% del mercado.

La importancia que el usuario otorgaba a los refrigeradores en este momento era mucho mayor, conste que en 1920 existían ya más de 200 modelos en el mercado. En 1925 surgen los aparatos con estética acerada o de porcelana blanca que han perdurado hasta nuestros días, cuando el 99.5% de los hogares disponen ya de una nevera.

Así que cada vez que vea su refrigerador en la cocina o cuando vaya a comprar al mercado productos refrigerados, ya conoce la historia que hay detrás de este útil y magnífico aparato.